Juegos: bichos

Bichos, de la editorial Haba, es un pequeño juego que entrelaza la dinámica de los memory con habilidades sencillas de cálculo. 

El juego está formado por 32 tarjetas pequeñas que por una de las caras tienen bichos de diferente tipo y cantidad (desde 0, en la que se muestra un bicho aplastado, hasta 9??) Y dos dados, uno amarillo con los números del 0 al 3, y otro verde, con los números del 1 al 6.

El objetivo del juego es conseguir el mayor número de cartas. Se empieza barajando las cartas de bichos y colocándolas boca abajo. Después, y por turnos, se tiran los dados, se suma la puntuación y el jugador debe encontrar el número de bichos marcado por los dados dándole la vuelta a las cartas. Si, según va levantando, consigue su puntuación, se queda con las cartas; en cambio, si se pasa, vuelve a dejar las cartas boca abajo. Independientemente de si se acierta o no, se pasa el turno y se sigue jugando hasta que quedan cuatro cartas o menos sobre la mesa. 

Este juego pone en marcha principalmente capacidades matemáticas y de funcionamiento ejecutivo. Entre ellas, destacan:

• Atención sostenida, ya que requiere mantener la atención durante los turnos de todos los jugadores, pues las cartas que levanten otros y se queden en la mesa nos pueden servir en nuestro turno. 
• Memoria de trabajo verbal y/o visual dependiendo de las estrategias de cada persona, para recordar el lugar y el número de animales que había en una determinada ficha. En algunos casos está información puede pasar a la memoria declarativa episódica.
• Subitización y conteo. La subitización es la capacidad de saber, de manera súbita y sin contar, cuántos elementos hay cuando el número es inferior a 4; esto se pondrá en marcha en las cartas con un número de bichos bajo, mientras que con números a partir de 4/5 se usará el conteo, si bien según se jueguen más partidas, es posible que los jugadores sepan el número que hay también en fichas con muchos bichos (ya sea por la disposición o por el tipo de bicho). También se usa el conteo para saber el número total de fichas ganadas. 
• Sumas sencillas (o restas, si se hace alguna variación en el juego), que pueden poner en marcha, dependiendo de la edad y la experiencia matemática, el uso de patrones digitales y contar con los dedos (con diferentes estrategias, como puede ser poner todos los dedos y contar, contar a partir del primer número, contar a partir del número más alto, etc.) o el cálculo mental; el propio juego promueve el aprendizaje de memoria de sumas o restas sencillas, es decir, de hechos matemáticos y otras propiedades (como la conmutativa, que N + 1 es el número siguiente, que no hace falta contar todos los bichos de dos cartas, sino que se puede empezar por uno de los números y añadir el otro, etc.). 

Está recomendado para niños a partir de 6 años, si bien pueden jugar perfectamente niños de 5. Según las instrucciones, pueden jugar de 2 a 4 jugadores, aunque si se añade alguno más no pasa nada (solo que hay que tener más paciencia para que llegue nuestro turno, más atención y más memoria para recordar todas las fichas que salgan). 

Podemos hacer cambios para hacerlo más fácil o más difícil:

Para hacerlo más fácil, podemos usar solo el dado verde (y quitar las cartas con más de seis bichos), de manera que se reduce la cantidad de cálculos que hay que hacer (sólo las sumas de bichos, pero no de los dados, además de ser números más bajos) y la carga en la memoria de trabajo (hay menos cartas, 27, y no hay que recordar la suma de las puntuaciones de los dados, sino que con mirar el dado es suficiente).

Otro cambio, en este caso para hacerlo algo más complicado, es poder decidir en cada tirada si preferimos usar la suma o la resta de los números que salgan en los dados. Con la resta posiblemente se ganan menos cartas porque el número es más bajo (aunque no tiene por qué), pero puede ser una buena estrategia si se saben qué cartas nos sirven para conseguir el número que ha salido en los dados. 

Es un buen juego para introducir el cálculo en los peques y también para aquellos niños que se les da mal y no les gusta, porque el aspecto es muy llamativo y bonito y la dinámica de memory camufla el que se trate de un juego de cálculo (de hecho, ha sido un éxito con mis niños con dificultades en el cálculo y comprensión de los números).