¿Debo corregir los errores en lectura?

Pregunta de Eli

A continuación os presento la pregunta de Emi (y de un montón de padres que acuden con sus hijos a trabajar conmigo), una profesora de pedagogía terapéutica (profesor más conocido como P.T.) de un cole concertado de Madrid. Confieso que cuando empecé a trabajar, fue una de mis primeras dudas y me sorprendió que hubiera bastantes artículos científicos que lo abordaran (y por suerte, alguno era de revisión sistemática, por lo que me ahorré mucho tiempo de lectura y análisis).   

Un número importante de los niños con los que trabajo tienen dificultades en la lectura. Mi duda es la siguiente: ¿cuándo o cómo debo corregir los errores cuando estamos leyendo un texto? No sé si corregirlos todos, imagino que no porque eso frustrará mucho a los niños, si dejarlos pasar, pero entonces a veces comprenden mal, si solo corregir los más graves o los que más afecten al significado del texto… Lo que generalmente hago es tomar nota de los errores y luego trabajarlos con lectura repetida de listados de palabras.

Las conclusiones de los estudios son bastante claras: indican que la corrección de los errores mejora los resultados posteriores, sobre todo cuando esta es inmediata, el feedback es simplemente leerle al alumno la palabra (no decirle que lo vuelva a leer, darle pistas o hacerle ver que no tiene sentido lo que ha leído) y que él la repita; además, con este tipo de correcciones breves, la comprensión no se ve afectada. 

Por tanto, la evidencia científica deja una respuesta bastante clara.

Aún así, siguen surgiendo dudas, como qué ocurre cuando son muchos los errores y, por tanto, las correcciones o cómo afecta a nivel emocional y motivacional este tipo de corrección.

Para esto no he encontrado bibliografía, y por ello en intervención personalmente establezco una estrategia bastante conservadora, sobre todo para evitar aumentar el rechazo hacia la lectura en niños con dislexia y afectar su autoestima. Tomo las siguientes precauciones para disminuir el número de errores y, por tanto, de correcciones, porque además son medios que también mejoran la precisión y/o la fluidez lectora:

• Generalmente presento dos grupos de palabras para leer antes de la lectura del texto de manera individual, en una situación sin prisa y en varias ocasiones. Estos dos tipos de palabras son las que pueden ser más difíciles y las más frecuentes, de tal manera que vayan creando un reconocimiento por ruta visual (sobre todo de las más frecuentes) y que la memoria les ayude a no cometer errores. 
• La dificultad de los textos tiene que ser acorde a la capacidad lectora del niño y no a su edad cronológica.
• Por distintos métodos, reduzco la velocidad lectora para que sea acorde a la capacidad real del niño, evitando estrategias compensatorias que aumenten su velocidad a costa de la precisión.