JUEGOS: TIC TAC BOUM

JUEGOS: TIC TAC BOUM

El objetivo del juego es decir palabras con una determinada sílaba para poder pasar la bomba y que no le explote a uno.

El juego contiene unas cartas con sílabas, un dado que indica la posición de la sílaba (inicial, final o en cualquier parte de la palabra) y una bomba que “explota” cuando pasa un determinado tiempo, que es variable (entre 20 y 90 segundos). En cada turno se saca una carta y se tira el dado; a partir de ese momento, se activa la bomba y en cada turno la persona tiene que tener la bomba hasta que dice una palabra que cumpla las condiciones establecidas por la carta y el dado, arriesgándose a que le explote; cuando dice la palabra, pasa la bomba al siguiente.

Está recomendado para niños a partir de 8 años. A pesar de ello, se recomienda para niños más pequeños con algunos cambios: a partir de los 5 años (en algunos casos antes), los niños tienen las habilidades lingüísticas necesarias para jugar, excepto la lectura, lo que se soluciona diciendo la sílaba en voz alta. Los cambios que se pueden hacer para incluir a los más peques son jugar solo con sílaba inicial (ya que es más fácil) y seleccionar sílabas “fáciles” (que haya palabras que los niños conozcan que empiecen por dicha sílaba).

Este juego también le encontramos para niños más peques, el Tic Tac Boum Junior y, aunque tiene la esencia del juego aquí descrito, las capacidades que pone en marcha son diferentes, y se abordará en el futuro en otra entrada.

Las principales capacidades que pone en marcha son de tipo lingüístico y destacan:

  • La principal habilidad o, al menos, aquella más específica de este juego y que le diferencia de otros es la conciencia fonológica, que es un requisito imprescindible para el aprendizaje de la lengua escrita. Esta capacidad es el conocimiento consciente de la estructura sonora del lenguaje oral, es decir, que las palabras están compuestas de unidades de sonido, así como la capacidad para reflexionar sobre, y manipular, las subunidades del lenguaje hablado (como las palabras, las sílabas y los fonemas). De manera específica, se fomenta la conciencia silábica de manera directa, ya que requiere utilizar la sílaba de la tarjeta para formar palabras; también estimula la conciencia léxica, es decir, saber dónde empiezan y acaban las palabras, ya que en cada turno solo hay que decir una (por ejemplo, si debe empezar con “la”, no es correcto decir “la tele”, debe diferenciar que en este caso son dos palabras).
  • Lectura de las sílabas que aparecen en las tarjetas aunque, como se ha dicho antes, se puede jugar sin saber leer. La lectura de sílabas fomenta la ruta fonológica, es decir, la lectura letra a letra que requiere del conocimiento de la conversión grafema-fonema (frente a la ruta léxica, por la que se leen de manera global las palabras).
  • Fluidez fonológica, que forma parte de las funciones ejecutivas, para buscar palabras con unas determinadas características.
  • Atención sostenida durante el tiempo que dura cada partida (entre 20 y 90 segundos) y a lo largo del tiempo que se juegue, sin desconectar en cada baza porque hay que escuchar las palabras para no repetirlas, estar atento de cuando le toca a cada uno la bomba, etc.
  • Memoria de trabajo verbal para mantener las palabras que han dicho los demás y no repetirlas, ya que se consideran erróneas.
  • Puesto que es un juego con tiempo, requiere una adecuada velocidad de procesamiento para disminuir el riesgo de que le explote a cada uno.

Además y como en la mayoría de los casos, se pueden crear juegos alternativos, lo que depende principalmente de la creatividad de cada uno. Una variante que suele gustar a los niños es utilizar la misma sílaba pero con cualquiera de las otras vocales menos con la que aparece (por ejemplo, si aparece la sílaba “do”, esta no valdría y la palabra tendría que contener las sílabas “da”, “de”, “di” y “du”). En este caso, además de las capacidades anteriores, pone en funcionamiento las siguientes:

  • Capacidad de inhibición de las palabras que empiezan/terminan la sílaba que está en la tarjeta.
  • Mejora la conciencia fonémica (un nivel más elevado y difícil que la conciencia silábica) y, en niños prelectores, fomenta el principio alfabético (la comprensión de que las letras se “traducen” en unos determinados sonidos).

Por último, este juego le puedes crear en un momento: las sílabas las elige un jugador cada vez, y con una pelota y una cuenta atrás con el móvil, ¡está hecho!

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