JUEGOS PARA PEQUES: LITTLE MEMO

Este juego forma parte de un grupo de juegos de la marca Djeco, los “Little…”. Es el primero (junto a Little Action) que tiene mi hijo de esta colección porque las normas son muy sencillas, es muy fácil de graduar en dificultad y puede dar pie a otros muchos juegos. 

El juego está formado por nueve animalitos (mariposa, libélula, mariquita, caracol, oruga, erizo, tortuga, abeja y rana), una pequeña caja donde esconder uno de los animales y unas fichas de flores y hojas. Se colocan los animales en la mesa o el suelo y se observan para conocer su posición; los jugadores cierran los ojos y alguien pone la caja sobre uno de los animales. El que averigüe primero qué animal está debajo de la caja se lleva una ficha o punto. El primero que consiga un número de fichas establecido al principio del juego o el que más tenga al acabarse las fichas, gana. 

Es un juego en el que es muy fácil graduar la dificultad: en primer lugar, usando más o menos animales y, en segundo, si jugamos con niños de edades muy diferentes, se puede hacer por turnos en lugar de todos juntos y así los pequeños tienen su oportunidad de ganar la ficha (incluso se puede hacer que un jugador pierda ficha si dice el animal cuando no es su turno, para que aprendan a respetarlo). También se puede aumentar su complejidad permitiendo mover los animales cuando los jugadores cierran los ojos, por lo que no se trata de memorizar las ubicaciones de los animales sino de averiguar por descarte qué animal está debajo. 

Las principales funciones cognitivas que se ponen en funcionamiento con este juego son: en primer lugar, la memoria de trabajo verbal y/o visual, pues es un “juego de memoria” en el que hay que memorizar (en la memoria de trabajo, pues no es algo que vayamos a recordar pasadas unas horas, sino solo en el momento) la ubicación de los animales; la atención sostenida, aunque de una duración relativamente corta (a estas edades es muy pequeña), pues pueden “desconectar” y volver a “conectar” al terminar cada baza (pero no entre medias); velocidad de procesamiento y, relacionado con ello, la velocidad de acceso al léxico, en caso de que se juegue con varios jugadores en cada ronda, pues hay que ser el más rápido en saber qué animal se esconde bajo la caja y, además, nombrarlo antes que los demás; capacidad de inhibición si en cada ronda solo juega un jugador, pues aunque sepa la respuesta debe permanecer callado para no perder una ficha o, simplemente, porque es la norma; además, no vale decir el primer animal que se le ocurra o el que estaba en esa posición (porque podemos haberlos movido), sino que hay que cerciorarse de que es el correcto para poder ganar ficha (e incluso no perderla, dependiendo de las normas que se establezcan). 

Todos los juegos Little de Djeco están recomendados para niños a partir de 2 años y medio. Aunque no puedo hablar por experiencia directa del resto, tanto Little Memo como Little Action, del que hablaré en una entrada próximamente, pueden jugarse antes de esta edad (incluso antes de los dos años), dependiendo de las características individuales de los niños. 

Me parece un juego muy bonito estéticamente, a mi hijo le llamó la atención desde el principio (se siente fascinado por todo lo relacionado con los animales) y el juego le gusta mucho. Al principio, tras el juego libre y explicarle cómo se jugaba lo hacía “haciendo trampas”, pues no aceptaba cerrar los ojos, sino que jugábamos tapando los animales mientras miraba, pero poco a poco hemos ido jugando con las normas “oficiales”, lo único que con pocos animales que vamos cambiando cada pocas rondas (aunque él siempre quiere poner más).