JUEGOS: PIRATATAK Y DIAMONIAK

Se trata de dos juegos de Djeco similares pero con diferente temática. Piratatak gira en torno a la piratería (hay que construir barcos y entran en juego piratas, doblones de oro y cañones) mientras que en Diamoniak hay que hacer castillos (y aparecen también cartas de brujas, hadas y diamantes).

Están dirigidos a niños a partir de 5 años, si bien he jugado con alguno de 4 años y no ha tenido especiales complicaciones. Igualmente, he jugado con chicos de 12 años y adultos y también les ha gustado. Un aspecto bueno que tiene este juego es que se pueden juntar personas de diferentes edades y pueden jugar casi en igualdad de condiciones (si bien a los más pequeños les cuesta o no son capaces inicialmente de utilizar buenas estrategias). Las partidas no suelen ser largas (7/10 minutos), aunque en alguna ocasión se nos ha alargado algo más.

Para no hacer la lectura de este artículo tediosa, voy a describir el de Piratatak, pero el otro es exactamente igual cambiando barco por castillo, piratas por brujas, doblones de oro por diamantes y cañones por hadas.

Es un juego de cartas cuyo objetivo del juego, como se ha dicho anteriormente, es construir tu barco. Está formado por 55 cartas (24 de barco, 20 doblones de oro, 8 piratas y 3 cañones) y las instrucciones. Todo ello viene en una pequeña caja resistente de cartón, muy apropiada para llevar de viaje (también para sitios donde hay que esperar, pero requiere un poco de espacio para poder poner las cartas).

Se barajan las cartas y se ponen en un montón sobre la mesa, boca abajo. Por turnos, cada jugador roba cartas del montón y las va poniendo boca arriba. Se puede robar el número de cartas que se quiera hasta que el jugador decida parar o le aparezca un pirata (cuando se acaba el montón de cartas, se barajan las descartadas y se vuelven a usar para robar).

La primera carta de barco que cada jugador robe indica el color del barco que tiene que construir (a menos que ya se le haya asignado a otro jugador). El resto de cartas de barcos de colores serán para deshacerse de ellas (como pago cuando aparece un pirata) o para que otros jugadores se las puedan comprar si les interesa. 

Los doblones de oro sirven para comprar cartas a otros jugadores: con tres monedas se puede comprar una carta de tu barco y el jugador que tiene la carta no se puede negar. Solo se puede comprar una carta por turno y además, en ese turno no se pueden robar otras cartas. 

Cuando aparece una carta de pirata no se puede seguir robando. El jugador debe pagar al pirata tres cartas (de monedas o de barco) o le puede disparar un cañonazo (a continuación se describe esta norma) y pasa su turno.

Los cañones (que hay tres en la baraja) sirven para “disparar” a los piratas, es decir, si tenemos un cañón cuando robamos un pirata, damos únicamente el cañón (y la carta de pirata) y acaba nuestro turno, pero no tenemos que pagar tres cartas. 

Gana el jugador que consiga construir su barco completo. 

Nosotros le hemos añadido dos pequeñas normas: al principio de cada turno se puede construir el barco o partes del barco (a menos que se quiera comprar una carta a otro jugador, que es lo único que se puede hacer en el turno). Una vez un trozo de barco está construido, nadie puede comprarlo ni se puede usar como pago para un pirata. Por otro lado, los jugadores pueden comprar las cartas que quieran (incluidas las cartas de barco de otros colores diferentes al propio). Por otro lado, aunque las instrucciones indican donde colocar cada carta, no dice si las cartas de un jugador deben verse todas o pueden apilarse (nosotros no decimos nada y cada jugador hace lo que quiere).

Es un juego sencillo y las principales funciones que pone en marcha se enmarcan dentro de las llamadas funciones ejecutivas:

• Uso de estrategias: parece sencillo, pero hay que usar diferentes estrategias para conseguir  construir el barco antes que los demás (por ejemplo, robar hasta que aparezca un pirata para descartarte de trozos de barco de otro jugador y que se vaya al montón de descarte o, al contrario, no usarlo como pago cuando se van a barajar las cartas de descarte para volverlas a robar; comprar una carta de un barco diferente al tuyo para que otro jugador no gane, etc.). Hay veces que la partida parece perdida, pero una buena estrategia le puede dar la vuelta a esto. 
• Inhibición y memoria de trabajo: cuando llega el turno de un jugador, lo primero que suele hacer es lanzarse a robar. En el momento en el que coja una carta, ya no puede construir su barco y, por tanto, las cartas de barco de su color se pueden perder (como pago por un pirata) u otros jugadores se las pueden comprar. Por tanto, hay que mantener en mente esta norma para asegurarse las cartas ganadas. 
• Memoria episódica: hay que recordar si las cartas de tu barco han salido y las tiene alguien y tendremos que comprársela (las podría tener en su montón y no verlas), han salido y están en el montón de descarte (y por tanto, hay que intentar gastar el montón actual para que las cartas descartadas entren de nuevo en juego) o todavía no ha salido. Para ello, también se requiere atención sostenida, no vale solo atender en tu ronda, sino que hay que concentrarse en las cartas que aparecen en las rondas de los demás. 
• Visoconstrucción: no es especialmente complejo, pero hay que ser capaz de construir el barco como si de un puzle se tratara. A los más peques de la casa las primeras veces les cuesta, pero con un poco de ayuda y unas cuantas partidas, aprenden rápido. 

Es un juego que tengo desde hace poco pero ha conquistado a mis pequeños jugadores. 

Una pequeña crítica a la marca es que en las instrucciones de Piratatak habla de jugadores y en el de Diamoniak de jugadoras. No es el lugar para hacer una reflexión sobre lo inadecuado que es considerar uno de los juegos para niños (o niños y niñas) y el otro para niñas, si bien las marcas deberían cuidar estos aspectos.