Eficacia de las intervenciones para el tratamiento de la dislexia: una revisión

En esta entrada se adjunta un documento sobre la evidencia científica que hay sobre diversos métodos que se utilizan en el tratamiento de la dislexia; además incluye al inicio una serie de criterios para valorar si algo está científicamente probado o no, o al menos lo parece, puesto que en la actualidad hay en el mercado una ingente cantidad de programas de intervención que se venden como científicos y con comprobada eficacia cuando, en la realidad, lo único comprobado es que sirven para malgastar el tiempo y dinero de padres preocupados por sus hijos y además evitan que vayan a otros profesionales que podrían hacer un trabajo correcto y, por tanto, obtener mejoras en las dificultades que presentan los niños.

Para descargar el documento, pincha AQUÍ.

Está realizado por dos profesionales de esta área y lo publican tanto el Colegio de Logopedas del País Vasco como la Asociación de Dislexia de Euskadi. Es del año 2014 y, aunque han pasado cuatro años hasta el momento actual, la información que contiene sigue vigente (y los estudios científicos que han salido hasta la actualidad aportan más evidencia a favor de lo postulado por este documento).

Es un documento largo; en el resumen y conclusiones se obtiene una adecuada información, aunque si se quiere profundizar o saber en qué estudios están basados dichos conocimientos, se ofrece un análisis más pormenorizado (sin llegar a ser una revisión sistemática) de los diferentes tratamientos.

Por otro lado, es cierto que antes de que un programa de intervención llegue a tener evidencia científica debe estar basado en una teoría  y se debe someter a prueba (por tanto, todavía no se sabe si es o no eficaz); en ese caso, debe ser informado a los padres. Lo contrario, además de ser inmoral, está fuera del código deontológico aceptado (el código deontológico de los psicólogos incluye, entre otros, el artículo 18: “Sin perjuicio de la legítima diversidad de teorías, escuelas y métodos, el/la Psicólogo/a no utilizará medios o procedimientos que no se hallen suficientemente contrastados, dentro de los límites del conocimiento científico vigente. En el caso de investigaciones para poner a prueba técnicas o instrumentos nuevos, todavía no contrastados, lo hará saber así a sus clientes antes de su utilización.”).

Para descargar el documento, pincha AQUÍ.