Pregunta de Natalia G.
En esencia, eso es lo que me pregunta Natalia, ¿cuál es la manera correcta de decirlo: cociente intelectual o coeficiente intelectual?
Tenía ganas de escribir esta entrada, pero siempre estaba en el grupo de entradas no urgentes, así que agradezco que me lo haya preguntado.
De manera popular, se emplea casi exclusivamente el término coeficiente intelectual (y también demasiado entre profesionales). Técnica y oficialmente, las dos expresiones son correctas (hace ya tiempo que la RAE lo admitió, aunque hay que decir que esta academia acepta aquellas palabras que tienen un uso extendido, aunque anteriormente sean incorrectas, como ha pasado con cocreta, por ejemplo). A pesar de ello, al menos los que nos dedicamos a esto deberíamos utilizar el término cociente intelectual (cada vez que oigo o leo de un profesional de la salud o de la educación el término coeficiente intelectual me rechina), ya que debemos ajustarnos a los tecnicismos de nuestro ámbito (no nos imaginamos a un médico -o si lo hace, quizá perderíamos la confianza en él- diciendo incorrectamente términos médicos, por ejemplo, un eslince o diabetis, en lugar de esguince o diabetes) e incluso hacer cierta pedagogía cuando es necesario. De manera resumida, históricamente el término surgió de una división o cociente entre la edad mental entre la edad cronológica y se multiplicaba por 100 (en cambio, un coeficiente es un factor, es decir, un número determinado que multiplica a otro y aunque aquí se multiplica por 100 para evitar los decimales, lo cierto es que lo importante de la fórmula es la división).
El término originario fue en alemán “intelligenz quotient” (de la mano del psicólogo William Stern) y se tradujo al inglés como “intelligence quotient” (y las siglas IQ), pero en la traducción al castellano se hizo tanto como cociente como coeficiente.
Actualmente, la medida de la inteligencia valorada por las escalas Wechsler (WPPSI, WISC y WAIS para niños pequeños, niños y adolescentes y adultos, respectivamente) son las escalas más usadas y reconocidas y los resultados no provienen de una división (tampoco en otros test de inteligencia, como el RAVEN, Matrices, Reynolds, Kaufman, TONI, etc.), sino de estudios estadísticos que forman una escala con una determinada media y desviación típica (100 y 15, respectivamente), aunque se ha mantenido el término COCIENTE INTELECTUAL.
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