Los juegos de mesa han sido habitualmente considerados juegos “para niños”, exceptuando algunos clásicos para adultos y adultos mayores, como han sido juegos de cartas (tute, brisca, mus, etc.), dominó, ajedrez, parchís… o solitarios (ya sean de cartas o pasatiempos como crucigramas, mesa de relojero, sudokus, etc.). Desde hace algún tiempo, e incrementado por la pandemia, los juegos de mesa también han ido conquistando a adultos, pero no han traspasado la barrera de la tercera edad.
A pesar de ello, los juegos son una herramienta realmente útil para la estimulación cognitiva, pero también para fomentar las relaciones sociales, mejorar el estado de ánimo y aumentar el entretenimiento.
No se han creado juegos específicos, pero tampoco es necesario. La inmensa variedad que hay en el mercado hace posible que se puedan elegir juegos muy variados en temática y dificultad, con materiales adecuados y, sobre todo, que estimulen las funciones cognitivas que buscamos fomentar.
Ejemplos de juegos de mesa que se utilizan en estos talleres son Deja vu, Set, Palabrea, Batalla de genios, Distraction, etc.